Aprender es un hecho emocional, que se produce cuando cada alumno y alumna se siente valorado, en un ambiente seguro y acogedor. Por eso en nuestro centro ofrecemos una educación personal, que parte de las necesidades individuales del alumnado y que busca el desarrollo cognitivo, físico y emocional, de modo que puedan llegar a ser en personas reflexivas y críticas, con una sólida formación académica y unos valores que se sustentan en la identidad propia del carisma dehoniano.
Queremos ser fieles a una tradición educativa marcada por:
- El espíritu de familia en las relaciones y en la convivencia.
- El respeto a la personalidad y características de cada alumno y alumna.
- Un estilo razonador y comprensivo en la propuesta de las ideas y valores.
- La inserción en un ambiente escolar positivo, exigente con las condiciones básicas para un trabajo y una formación de calidad.
- La oportunidad de integrarse en grupos diversos en los que vivir los valores que proponemos.
- La apertura y comunicación entre las familias y los miembros del equipo docente.
- Un medio cultural que favorezca el diálogo entre el conocimiento y la fe.
- La invitación y las oportunidades frecuentes para una vivencia y celebración de la fe cristiana.
- El sentido de inserción en el entorno social.
Las familias
Sois los primeros y principales responsables de la educación de vuestros hijos. Consideramos que ningún Centro educativo puede llevar a cabo sus fines propios sin un permanente y profundo contacto con las familias de sus alumnos. Por ello, procuraremos siempre ese contacto para lograr una educación conjunta coherente y el necesario respaldo mutuo.
Estimamos que nuestra responsabilidad como educadores incluye el proporcionar a las familias la ayuda necesaria para que puedan realizar cada vez mejor su propia tarea de educadores fundamentales en la familia.
Así, el colegio Seminario PP. Reparadores quiere constituirse en un centro docente moderno, con instalaciones y estructuras adecuadas a los avances tecnológicos actuales, creativo, impulsor de programas en los que los alumnos sean protagonistas principales y constructores de su propio futuro, solidarios con su entorno y abiertos a los valores del Evangelio de Jesús.
El alumno
Cultivar la personalidad humana. Trabajar todos los componentes: intelectuales, afectivos, estéticos, físicos, sociales, etc.
Buscar momentos de interioridad. Frente al continuo acoso de la exterioridad al que nos vemos sometidos.
Encontrar el equilibrio. Procurar el equilibrio entre el trabajo teórico, el manual y el técnico.
Desarrollar la autonomía. Ejercitar en el análisis y la crítica de los contenidos del aprendizaje, capacitando para el discernimiento, las convicciones y la toma de decisiones de un modo personal y autónomo.
Trabajar las habilidades comunicativas. Preparar para el correcto empleo de la expresión oral y escrita, la valoración de la imagen y la utilización de los medios de comunicación social.
Aprovechar el ocio. Orientar para el ocio, resaltando los valores de la cultura, la cooperación altruista ante las necesidades ajenas, las actividades deportivas y al aire libre, etc.
Desarrollar habilidades colaborativas. Enseñar a trabajar en grupo de forma coordinada y respetando las posiciones de los demás.
Trato cercano con los alumnos. Formar a los alumnos con espíritu de servicio, con cercanía, en relación de amistad, con la autoridad nacida de la propia competencia y entrega, sin autoritarismo ni dogmatismo.